martes, 15 de abril de 2014

Buscando el sur

lp1Se acordó del paraje “Mataperros” en Sarandí Grande. Le gritaron “Viva Mujica” en Pintado y se paró a saludar. Afirmó en La Cruz que delegar “no es sacarle el lazo a la pezuña”. No esquivó preguntas en Florida pero no hizo agresiones. Almorzó en La Rural cerquita del fogón. Entre las Mendozas comió empanadas caseras, y fue recibido con pizza en Independencia. No eludió debatir con una vecina en 25 de Agosto que le recordó que los políticos hacen verso pero elogió la gestión de su padre. Y en 25 de Mayo y Cardal cerró con actos efusivos.
Así, entre frases y cosas del campo y la política, Luis Lacalle Pou se metió en el sur de Florida. No achicó al reconocer los pocos en “pagos de otro color” y hasta para variar su discurso, bromeó en cada pueblo al preguntar cada vez, quien ya lo había escuchado una, dos, tres veces o más.
Es la más competitiva, distinto a la más peleada. Estamos por querer obtener poder, pero como herramienta e instrumento para satisfacer las necesidades de los uruguayos. El éxito se mide en nuestro propio esfuerzo”, dijo al arrancar en Sarandí Grande donde estaban “Todos”.
Allí, junto al diputado José Arocena -que no se le despegó en toda la gira- el intendente Carlos Enciso abrió la oratoria “sin seguridad, sin guardaespaldas, y sin saber donde anda Javier (Moreira)”, dirigiéndose a “dirigentes y dirigentas” y repasando luego uno por uno, y con una lista, a los precandidatos de la interna nacionalista en Florida, además de las incorporaciones de Luis Machín -junto a Germán Fierro- con la 903 que llegó de la mano de Abreu.
El diputado Javier García también acompañó la mesa junto al senador Jorge Saravia, además de la alcaldesa Ana María Stopingi. Fue justamente
Stopingi quien dio la bienvenida a “Luis”, al intendente, al diputado y a todos los precandidatos -Andrea Brugman, Marcos Pérez, Martín Brescia, Mauro Guzmán, -a los cuales felicitó. Luego les exhortó a apostar por las fortalezas y debilidades de todos los compañeros.
Acá la interna del Partido Nacional tiene que ser fuerte y que Luisito sea ganador”, dijo en un mensaje cargado de buenos deseos.
Y arrancó “la positiva”. Al saber la gira que le esperaba, aclaró que desoyó a sus asesores sobre aquello de ir donde hay cantidad. “Dedíquense a las ciudades grandes, donde hay racimos de votantes. Pero no, toda nuestra agenda parte del individuo de la persona. Si ese es nuestro discurso, para escucharlo, para leer sus propuestas, allí tenemos que ir”, dijo al restarle importancia a la cantidad de militantes.
Fue cuando recordó “Mataperros” (Salto), un paraje ubicado a cientos de kilómetros, cerca del límite contestado con Brasil. “Cuando llegamos nos habían pintado una ciudad preciosa. Llegamos bajo agua, unos patos, unos gansos, y nos juntamos con unos pocos parroquianos en aquella punta del país”.
Y lo definió “creciendo en número, pero en calidad humana”.
SON MÁS”. “Cuando uno busca un socio ya no es dueño del todo. Comparte las acciones con gente que teóricamente no se juntaba”. Con esa frase abrió un capítulo en sus oratorias para dar la bienvenida a los que volvieron. “Dicen que eran como el agua y el aceite: herrerismo y wilsonismo. O como cuando Jorge Saravia, entre el calor del poder o votar a favor de la constitución, ese día eligió el frío, y supe que íbamos a compartir el partido en algún momento”, recordó.
Ahora, dijo, “tampoco respetamos límites partidarios” y habló de “acercarse al distinto” para recordar la adhesión de Graciela Bianchi. “De izquierda, de Democracia Avanzada, y hoy Graciela está en el mismo barco.
Luis, me vi entre cambiar la esencia y rebeldía o cambiar de partido. Y el FA me desilusionó. Y ella vino a darnos un voto de confianza”, dijo con seriedad y mirando a todos los precandidatos locales y nacionales que lo rodeaban, dando un claro mensaje en cuanto a la unidad.
Y entonces Abreu. “Hace tiempo que estaba atrás de Sergio”, dijo al describirlo en cada pueblo como “un tipo capaz, gran canciller, sencillo pero que sabe de mundo”. Contó parte del entre-telón: “de 11 de la noche a 1.30 de la mañana, pico a pico. Estas son las situaciones, la realidad es muy terca y uno trata de cambiarla hasta que se impone. Yo me sumo para crecer a esta corriente del Partido Nacional, sin complejos, sin preguntar su historia, nos complementamos con el mañana”, detalló.
Así “el ejemplo” para todos: “Esto no es lo que dicen para una interna. Te dicen: no te la juegues mucho, grita tres o cuatro veces, de un día pa’ otro te disfrazas de frentista, te volcas al centro, pero no… No nos travestimos, somos lo mismo hasta el último día”, y arrancó aplausos en cada punto que lo repetía.
LAS AGENDAS. Las cuatro agendas que presentó antes de resultados -y también haciendo oídos sordos de no hacerlo ahora- fueron parte de cada acto. Las mostraba, las describía, y las regalaba “a quien se las ganara”.
Juntamos más de 240 uruguayos, entrelazamos las diferencias. Venimos con cuatro agendas de gobierno donde vamos a hablar de la personas”. Acoplada, la frase que se le pegó: “No hay causa chica o grande, hay causa justa”, justificaba en cada plaza.
Destacó una vez más “las más de 800 propuestas y ninguna promesa”. Y recordó que los políticos se soban la lengua y creen que un voto dividido no hace mal a nadie. “Ese versito es una mentira (…) pero hace daño y le hace daño a la gente. No queremos una carrera de malos, sino por ser mejores. Mejor ser mejores. Cuando se quejan es porque queremos que seas mejor. Si lo decimos, tenemos que predicar con el ejemplo”, y apuntaló con conceptos de producción, educación, descentralización, política de agua, vivienda”.
En esa se explayó. “Le han dado más palo que en las llamadas. Y son nuestros planes de ayuda a quienes no tiene alas. Me dijeron mentiroso, demagogo, y la Primera Dama me mandó a aprender…a la semana hablaban de vivienda marginal”, recordó.
Sostuvo que el plan “Asentamiento Cero” busca generar “desarrollo y voluntad y no asalariar la pobreza”. Y “como nunca lo leyeron, criticaron los cinco años y yo puse diez”. Y afirmó que tomó el ejemplo de Luis Ignacio “Lula” Da Silva. “Lula propuso Hambre Cero y nadie lo criticó. Tuvo éxito también en diez años”, subrayó.
Tuvo un capítulo aparte para lo que, con altura, criticó sobre la administración de dineros públicos. No solamente recordó que devolvió 49.074.000 de pesos en créditos a Rentas Generales cuando fue presidente de la Cámara de Diputados, sino porque además, sostuvo que se le mete la mano en el bolsillo a la clase media.
Y son la mayoría de ustedes que prenden y apagan la luz del país, que hoy a las tres de la mañana estaban arriando las lecheras y a las tres de la tarde para salir de nuevo y terminar el día. Ustedes sostienen nuestro país y a veces miran, y se preguntan: ¿yo les importo a estos gobernantes? Y me meten la mano en el bolsillo, y me cuidan mucho para que pague y poco para que cobre. Hay que devolver a la gente lo que paga en impuestos”, dijo.
Un pié más en el discurso para otro talón de Aquiles que tiene el gobierno, según afirmó. “Y es la situación de los uruguayos que ganaron el descanso. Y es injusta. Hay 150.000 a los que se les pega una cachetada moral. No reciben la visita de nadie, se levantan solos, se acuestan solos. Hay muchos malagradecidos con los abuelos de este país, pero están en nuestra agenda de gobierno. Son nuestros desvelo y pobre de aquellos que no agradecen a aquel que le dio tanto a la sociedad”, apuntó.
JORGE QUERIDO, VÁZQUEZ CON ALERGIAS”. Jorge Larrañaga y Tabaré Vázquez también fueron parte del discurso. Al primero le recordó que le desea suerte “aunque un poquito menos que a mí, claro”. Y dijo que lo respeta y quiere, pese a la crítica de que la adhesión de Sergio Abreu, “era una noticia para dos días”.
No escapó al análisis de las encuestas. “El político que diga que no las miramos encuestas…hasta de canto las miramos”, dijo una sonrisa. Y agregó: “Nos alegramos cuando son buenas y enojamos cuando son malas (pero) yo no me dedico a opinar de las encuestas. No estamos para sacar medio cuerpo, estamos porque queremos gobernar”.
Y “Jorge” otra vez. “Está estable y nosotros arrancamos en 4%. Hoy se pregunta y se da el tiempo, pero desde chiquito me gustó competir con el más grande para ganarle. Yo le tengo aprecio, no se cuanto dura la noticia, no soy comentador político, ni me corresponde entrar, pero enseguida vamos a mirar al costado, y enseguida el Partido Nacional se abraza y nosotros vamos a abrazar a Jorge Larrañaga”, sostuvo siempre bajo aplausos.
El mejor juez es el tiempo”, acotó y dijo esperar llamadas el 1° (de junio) de noche a las nueve. “Me llamas y vemos cuanta grasa quedó de las tortas”, contestó.
Sobre Vázquez fue breve y no le dedicó demasiado tiempo. Solo afirmó que espera escuchar propuesta y sentarse a conversar alguna, “y no le digo debatir porque le da alergia”.
DE JACQUELINE A CARDAL. Jacqueline Dárdano estuvo, sin ser mencionada, entre alguna que otra frase entre Sarandí Grande y Cardal. Y fue -según se dijo después- la que desató la euforia de “El Pájaro” que le dedicó expresiones a “las miserias humanas”.
Luis Lacalle Pou ya había referido al tema antes, cuando habló de la representación de las listas que llevan su tilde positivo. “Todas las listas nos representan. Estoy orgulloso de tener como intendente a Carlos Enciso, en su honor, en el de Noél (porque) siempre que uno le puede dar una mano al Uruguay, cualquier cosa en contra del balance nos dice que la vale la pena”.
Y así, con un Enciso que sacó la rabia contenida para el discurso y le dejó el escenario pronto, Lacalle Pou apuntó al sur y puso las propuestas sobre “los tarros de la capital de la cuenca lechera”. “No hacemos promesas, propuestas no promesas. Y llegamos hasta Cardal y nos vamos sin hacer ninguna promesa”. Miró a todos, buscó el sur, y les dijo a los votantes: “Ustedes deben hacerse cargo, háganse cargo”.

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