En la ruta de Luis

Mejoró la puntualidad y empezó a darse maña para la parte más fea: enfrentar alguna que otra crítica de un pasado que no le corresponde, pero que igual responde.

“Nos encontramos en la esquina y lo conversamos”, espeta ante duros cuestionamientos -principalmente familiares- para medir la respuesta.

Empezó a echarse ideas al hombro que defiende con firmeza y con los primeros argumentos en formación. Habla sencillo, pausado y aunque es “manso como la llovizna” -dice él- le gustan que lo escuchen; no solo porque él mismo se mezcla entre la gente para escuchar a los otros sino que en un “marco” de respeto reprocha si no lo escuchan.

Luis Lacalle Pou repitió visita en un bastión blanco por excelencia y donde los nacionalistas, han echado raíces -literalmente-desde hace décadas: Florida y la ruta 7, por donde encaró una gira de cara a las internas.

Firmes, a su lado, el intendente Carlos Enciso y el diputado José Arocena. Y un cúmulo efervescente de grupos y precandidatos de la interna floridense que lo siguió en cada pueblo, “tirándose” celos en la recorrida -Marcos Pérez, Luis Bilbao, Andrea Brugman, Mauro Guzmán y Martín Brescia, que anunció el lanzamiento de la lista 6 que irá junto a Enciso- y luego hablando de “unidad” en el acto final.

Con “voy a reír, voy a bailar”, al ritmo de Marc Antony y con una flor en la mano -un jazmín- el precandidato entró en el Salón Parroquial de Chamizo, granjeando abrazos, aplausos y muchas fotos, tanto que tuvo que dedicar minutos exclusivos para ello.

Y mientras se aprontaba el almuerzo comenzaron los discursos. Enciso habló primero. Elogió a los veteranos dirigentes de la zona y también resaltó su gestión: “veinte y pico de cuadras haciendo obras que asumimos en el interior profundo”, dijo exhortando a levantar banderas.

Después destacó a Saravia. “Jorge” al igual que Luis Alberto Heber, Javier García y hasta Arturo Heber estuvieron en la gira.
Y es que “desde el 94 estamos en el ostracismo. Y el partido de la nación no puede estarlo porque el partido de Oribe tiene que realizar la transformación que el Uruguay merece”, dijo el retornado de filas frentistas a quien se le reconoció el coraje, y se le dio lugar para discurso en otros pueblos.

CERRO CERCANO. De ahí a Cerro Colorado. A la única sombra de “El carrillón”, “Luisito”-según lo llaman sus más cercanas compañías- se sintió como en casas, en tierras de “Lacalle”. “Reconozco amigos y gente que creció”, dijo al verse no tan joven ni tan viejo. “Cuando se comenta el candidato joven, la verdad que hace tiempo que se dejó de ser joven. Yo vine en tren a esta zona y pese a todo, la esencia es la misma”, reflexionó en una zona que también lo vio crecer.

Allí, sostuvo que luchará “por un gobierno le pido que sea justo (porque) de ser feliz me encargo yo. Obviamente que el que vive en 18 y Ejido no tiene la misma necesidad del que vive en Chilcas. Pero la clave es conocer la materia prima, tener en cuenta que el dulce pica los dientes y usar el poder como instrumento”.

Reconoció que “el mundo moderno come a los políticos” y por ello puso como ejemplo a Enciso. “Yo lo vi primero como alguien que del pico anda bárbaro y creía que no era un buen candidato, pero cuando se tuvo que arremangar salió a trabajar”.

REBOLEDO, EL EJEMPLO. Con la ruta 7 “cortada” en media calzada, el alambrado embanderado, y el tren pasando con el pito a todo dar, Lacalle Pou puso a Reboledo como el ejemplo de lo prioritario.

Allí, lamentó que sucedan casos como en muchos pueblo del interior, que aseguró, también conoce.

“En Charqueada un medicamento sale 400 pesos y en Montevideo 100. Y cuando pregunté me dijeron que eso pasa porque no somos prioritarios y no más de 1500 habitantes”.

Entonces, aseguró preocupación también por esos “pequeños” hechos. “La vida me privilegio con representar también a Florida. Y uno espera no defraudar”.

FRAY MARCOS, EL ELOGIO. Bajo galpón amplio y junto a la vía, Lacalle Pou puso la mesa en Fray Marcos y elogió el desarrollo de unos de los pueblos “más progresista del país que aguantó en los peores momentos”.

Y aunque no golpeó las manos como lo hacía su padre, alzó la mirada y pidió silencio a la barra.

“Alguna cosa se hereda”, dijo bajito. Y empezó otra vez.

“A veces buscamos bien lejos y el ejemplo está en la ruta siete. Ver un molino es tecnología adecuada al medio ambiente; y aún en un lugar donde se anda bien, lo queremos mejorar”.

Saludando a un dirigente que “lo pelea” como Ramón Rodríguez, que ahora enfrenta un quebranto de salud, Lacalle Pou habló de la humildad y de rodearse de gente con mucha experiencia.

Mostrando a Jorge Saravia, Heber, y García en una misma mesa, y con el grupo de precandidatos junto a Arocena y Enciso, elogió que “no haya diferencias y que con esa mesa impensable hace un año”, se logre “libertad y ciudadanos menos dependientes”.“Es que eso no se compra en la farmacia y eso de la rebeldía de los jóvenes va de la mano de la actitud. Kennedy decía que lo más inteligente que hizo fue juntarse con gente más inteligente que él. El tipo tenía todo pero no perdió la humildad y por eso hemos tratado de juntarnos con gente más inteligente”.

CASUPÁ Y LOS PÁJAROS. “Sentí el mismo olor en la esquina cuando cerré los ojos”, dijo al bajar en Casupá frente a la plaza, en la calle que lleva el nombre su bisabuelo materno, Luis Alberto de Herrera. Y después de la larga y calurosa gira de la tarde, la noche le regaló el escenario para mostrar el estilo discursivo que le viene dando cada vez más trabajo: “pega sin pegar”, como dijo un dirigente en referencia a que Luis Lacalle Pou prefiere no confrontar.

Destacó “poder llegar” y ver la única comisión nacionalista del departamento que recibe a todos los candidatos. “Me gusta mi país, que podamos venir y hablar frente a una plaza, con los que vemos y los que no vemos, que son los que también pagan el sueldo y nuestro discurso compatible o no, trata de unir por lo positivo”.
Minutos antes, Arocena esbozó la figura saravista de el “águila blanca” de El Cordobés, a lo que Lacalle Pou acotó con que “El Pájaro” andaba alerta tipo picaflor.

“El mejor intendente del Uruguay anda de pecho ancho, inflado, y si le va bien a él, le va bien a la gente que gobierna.

Y lo decimos porque no nos gusta caranchear en la vida, así como cuando el gobierno del Frente Amplio hace algo bien, también lo decimos. Pero tenemos nueve años de desperdicio y cuando lamentablemente uno pasa raya, nos encontramos discutiendo un 4.5% para la educación” dijo al señalar que la paloma “se equivocó de nuevo: tenemos que discutir no si repiten más o menos, sino cuantos quieren ser abanderados, pasar con sote y cuantos padres los felicitan”.

Pero Luisito tampoco dejó pasar -a vuelo de pájaro- los caso de Pluna y Pintado. “Los discursos son bonitos, pero si juzgamos por lo que se dice y se hace, a veces nos molesta que se pierden 300 millones de dólares. Ahí hay que colgar el traje de ministro o de gerente de banco e irse. No estar apoltronados, porque lo que importa es la gestión y no la persona”.

En la carrera “para tratar ser los mejores” aclaró a los presentes que “si vinieron a buscar un crac no lo van a encontrar porque no se debe elegir por prioritario” y reiteró lo que ya se le transforma en lema: “no hay causa justa o causa grande. Y para ser justo hay que conocer”.

Luego, pidiendo un “marco” de silencio, advirtió: “pobre de aquel político que cree que sabe todo. Queremos conocer al individuo y la mayor cantidad de historias personales”.

Entre fuegos artificiales y flashes, pidió -tal vez también para sí- no dejarse engañar por las luces.

“Basta de galera, conejos y varitas mágicas. Vamos a poder hacer todo con todos, con militantes fanáticos y con curiosos y con quienes escuchan y aunque no estén de acuerdo nos respetan. Vaya si falta tolerancia en un gobierno que crítica al que tiene dos trabajados y lo hace para ahorrar. O está mal que la gente se de un gusto?”, cuestionó al concluir que el día más importante será el 1° de marzo de 2020: “esa es la que duele”.