viernes, 31 de enero de 2014

Versiones sobre sonidos de trombón convierten al antiguo orfanato San José en un punto de atracción

Vecinos aseguran que han escuchado el instrumento desde las afueras del añejo edificio, que ocupa media manzana y que permanece deshabitado en el verano. La Policía fue hasta la última habitación, en la planta alta, retiró el candado y comprobó que no había nadie en su interior, pero hay efectivos que afirman que antes de ingresar también escucharon el sonido. 
Por estas horas no es raro ver más gente que de costumbre frente al edificio en el que funcionó el “colegio y orfanato San José”, en Sarandí Grande. Varios vecinos llegan hasta el lugar –algunos incluso esperan durante horas sentados en sus autos- atraídos por las versiones de sonidos atribuibles a un instrumento de viento, más precisamente un trombón.  En la última habitación de la planta alta del antiguo edificio suele estar el núcleo Sarandí Grande de la Sinfónica Juvenil de Florida, pero el caso es que en verano el local está deshabitado, y sin actividad alguna.
Según sostienen vecinos, esto puede ocurrir tanto en la mañana, la tarde o la noche.
El edificio, en el cual en marzo de 1938 se fundó un colegio al que en el mismo mes de 1951 se le añadió un orfanato femenino, es utilizado actualmente por varias instituciones gubernamentales y no gubernamentales: dependencias del Codicen, la Intendencia de Florida y Uni 3, entre otros.
Las afirmaciones acerca de luces que se prenden o apagan misteriosamente no son nuevas; incluso quienes van habitualmente al lugar hablan de ‘la monjita’, evocando -algunos desde la ironía escéptica y otros con menguada o total credulidad- una hipotética aparición fantasmal de alguna religiosa que estuvo allí cuando el colegio y orfanato tuvo actividad como tal. Pero docentes consultados acerca de esto, incluso los que trabajan durante el año hasta tarde en la noche, señalaron  FloridAdiariO que no han visto ni escuchado nada extraño. Desmienten además las versiones que sostienen que a un profesor “le agarraron el pestillo del otro lado de una puerta, pero (del otro lado) no había nadie”; explican que el colega al que le atribuyen tal experiencia asegura no haber pasado jamás por una escena semejante.
Pero en los medios locales y en las charlas de vecinos las versiones se han amplificado, con especial énfasis en la última semana, porque a las historias de las luces y puertas se les añade ahora la del instrumento de viento que durante el año es tocado por infantes, y al que en las últimas horas se le atribuye actividad inexplicable en un escenario ideal para la narración de lo paranormal: en la última habitación de la planta alta de un antiguo edificio deshabitado, sin luces exteriores, y que décadas atrás fue un orfanato. En 1974, cuando Sarandí Grande cumplió cien años, había allí 33 internas, entre huérfanas y pupilas.
La seccional policial 4ª recibió la denuncia, por lo que -ante la posibilidad de que haya ingresado al lugar alguien ajeno a las instituciones que durante el año tienen actividad allí- algunos efectivos fueron hasta el antiguo edificio, y llegaron hasta la habitación en la que están los instrumentos de la Sinfónica. Ingresaron después de tener que destrancar el candado de la puerta; no había nadie adentro. Quienes conocen el lugar explicaron a FloridAdiariO que “es imposible” que alguien ingrese y salga por las ventanas, pues “están a varios metros del suelo”. En la seccional prefirieron limitarse a confirmar que hubo denuncia, que ingresaron y que no había nadie, lo que se resume, en una oración literalmente ‘oficial’: “policialmente no hay nada”. Pero prefirieron no ahondar sobre la versión de que algunos de los efectivos escucharon el trombón antes de entrar a la habitación que, notaron segundos más tarde, no tenía a nadie adentro. “Policialmente no hay nada”, insistió la voz oficial, añadiendo: “lo otro, si alguien escuchó o no, ya es personal”, evitando así negar que los policías hayan sentido el sonido denunciado. “Estaría bueno que vaya cada uno y tenga su propia experiencia, a ver si escucha o no”, sentenció para cerrar la conversación, prefiriendo que “por razones obvias” no se maneje su nombre.
FloridAdiariO pudo hablar con uno de los efectivos. Dijo haber escuchado el trombón, tanto desde afuera del edificio como desde las escaleras que llevan a la habitación de los instrumentos. “Hay que vivirlo”, comentó, admitiendo que cree “en este tipo de cosas” (así como este cronista admite ser ‘un tanto escéptico’). Tanto el efectivo como ‘la voz oficial’ y los docentes consultados, coincidieron en que “por la altura en la que están”, es “prácticamente imposible que alguien entre por las ventanas”. El jueves por la noche la policía tuvo que actuar, pero en este caso porque –según la denuncia recibida- había personas intentando ingresar al colegio. Pese a la falta de iluminación del local, es imposible no ser visto en un edificio de media manzana con una continua vigilia de quienes van hasta allí esperando escuchar el tímido sonido de un trombón encerrado, pero tal vez durante el año no hayan demostrado tanto interés en disfrutar de prolijas y virtuosas ejecuciones de esmerados niños y jóvenes de su misma ciudad.

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